27.10.07

No hero in her sky

Ni que fuera tan sencillo. Estar solo requiere de una gran resistencia. Bien, yo no lo pedí, me dejaron y luego me aísle por que resultó difícil convivir con el resto del mundo. A veces me cala mucho no tener con quien hablar de nada, me cala escuchar canciones de amor sin tener en quien pensar, dormir y despertar sin nadie a lado a quien ver a trasluz del amanecer. Es más arduo el pasar de los días sin un amor, es vivir por vivir y ha sido difícil revalorar todo el universo después de amar. El olvido no es una actividad tan apasionada como el amor, bueno, tal vez si, es la apasionada guerra contra la memoria que evoca a cada suspiro el pasado idilio, el olvido me está costando la vida. Sin más pena o gloria que sobrevivir el día a día sin nadie, balanceando el mundo para uno mismo se me han ido ya cuatro meses. No por entero, cierto, sólo llevo tres semanas realmente sola. Se hizo evidente, claro, en el bar. Rodeada de vanidades, vaguedades, vulgaridad y banalidad, me di cuenta que no estaba en mi. Estaba fuera conviniendo con los placeres de extraños, y ya tenía rato pasando el tiempo en ello. Pensé que, de golpe se me amontonaba otra vez toda la memoria de dolores y lloré mucho en medio de mi nuevo estado. Poco a poco ha ido reluciendo la esencia y me he reencontrado con muchos aspectos de mi carácter que había desusado. Ahora de repente me vi sola pero conmigo, y sentí paz. No necesito mucho más, si acaso un escucha, alguien con quien compartir el abrazo y las infinitas alegrías que inundan la cotidianidad. Pasará mucho tiempo, lo sé, antes de que vuelva a amar, y ser amada, mientras tanto, sin nadie que me observe, sonrío o lloro quedito, nada más para mí. Mientras…

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