31.8.07

Degusto

He redescubierto mis gustos musicales, o tal vez solo refinado, o afinado, o definido. Ahora mismo escucho Dont leave me now de Amparanoia. Me sedujo el nombre, bueno, en un principio lo seductor era quien me los recomendó, Edgar, y pues un músico verdadero ha de hacer buenas recomendaciones no? Si lo fueron. Al presentarme a Sergent García y a Macaco me presentó a la fiesta, una fiesta a veces con causa a veces sólo por ser felices. Por ellos llegué a Amparanoia y me encantó. Amparanoia es liderada por una mujer, eso es en principio raro y lindo. Me quedé de mis antiguos con Diego El Cigala sin el Bebo, aunque el Bebo Valdés sigue latiendo; recordé mi adolescencia con Estopa, Elefante y Café Quijano. Otra vez Ana Torroja sin Bosé y Bosé sin Paulina ni los demás. Alejandro Sanz, Rosana, Compay Segundo. Ya va mucho. Para qué tanta música si el corazón anda triste? Pues para llenarlo de fiesta. Así es, lo llenamos de notas y alcohol. Y para el alcohol lo ideal es el rock. Pero del rock va más larga la noche, y para la borrachera es corta la vida. Salú Ningún Lector.

De todo y nada

Hoy por fin podremos escuchar música más o menos decente. Si, gracias a mí. Entra una pareja de enamorados, ya mayores, y se me antoja que el señor trajera una guayabera en lugar de la camiseta que porta, pero me gusta como se comunican, como parecen tan interesados en su conversación, sin interrumpir el constante encuentro de las miradas, como empuñan los tarros con cerveza con la naturalidad con que se toma un vaso con agua. Los envidio, envidio el grado de intimidad que solo se logra con los años, con el constante dormir al lado del otro, de desayunar en la misma mesa y el compartir el infinito espacio que es la casa. Eso me recuerda que quiero un amor. Ja, yo siempre quiero un amor, como en noviembre, cuando cuando comenzaba el invierno y todo parecía reverdecer en mi alma. Ahora el verano declina como la tarde y quiero un amor. Un verdadero amor dulce y tierno como debe ser, envolvente y abrasador, ruidoso y sedante. Pero quiero que sea como el de los dos que están sentados en la mesa de enfrente, libre y cálido, sereno, verdadero. Estar donde estoy no es tan malo, ni tan bueno. Di la vuelta cuando ya iba a media caída del precipicio, lo triste es el arrepentimiento. Me he adelantado tantas veces al dolor que sufro innecesariamente. Luego, como hoy, ya ni me acuerdo como es ser feliz. He cedido la mayor parte de mi ser y me quedé seca, tal vez lista para el agua verdadera. Llegará pronto, lo sé, pero mientras tanto, la espera se eterniza, el viento sopla acariciante y el tiempo se detiene tanto que casi me sofocan los instantes. Bueno, pero sin dejarnos engañar la vida no es tan solo un cuadro gris. El reencuentro con los amorosos ha sido hermoso. Lucy, Romelia, Nayeli y Víctor me han acompañado y brindado grandes momentos, alegrías sin par recordé la tranquilidad con que uno se mueve en el mundo a veces, cuando es al lado de un amigo. Basta recordar como en el caótico DF nos desplazamos sin temor, en la familiaridad de nuestras risas, de nuestro acento podíamos fácilmente vagar las desconocidas avenidas. Ya he atesorado memorables bohemias en su compañía, claro, siempre haciéndose presente la nostalgia o el deseo del amor, pero acomodándonos siempre en el abrazo de la amistad. He de agradecer también al amoroso Inari, que construyó una nueva ciudad para mí. Hasta aquí algunos hechos Ningún Lector.

30.8.07

En un café

Carlos Edmundo de Ory He vuelto ahora sin saber por qué/a estar triste más triste que un tintero/Triste no soy o si lo soy no sé/la maldita razón porque no quiero/ He vuelto ahora sin saber por qué/a estar triste en las calles de mi raza/He vuelto a estar más triste que un quinqué/más triste que una taza/ Estoy sentado ahora en un café/y mi alma late late/de sed de no sé qué/tal vez de chocolate/ No quiero esta tristeza medular/que nos da un golpe traidor en una tarde/Pide cerveza y basta de pensar/El cerebro está oscuro cuando arde.

Tiempos

Hoy vi a una mujer conducir con guantes de beisbol, cómo se llaman? Anoche planeaba una fuga. Hoy una niña me besó en la mejilla. Al caer el atardecer paladeé un pastel de limón. Por la mañana lloré con Keane mientras pasaba por un puente. Mientras esperaba fuera del aula comí papaya y melón. Hay rostros, páginas, vientos, todos para leerse. Anoche el alma. Una parte de mi espalda se resiste a vivir esta tarde. El día concluyó y casi me olvidaba de vos.

23.8.07

Por qué a algunos nos mueven las mareas marcianas, las ventanas por donde nos soplan las hadas y las flores melancólicas.

22.8.07

Interludio

Ahora una blanca oveja soy. No sigo al rebaño, pero sin escandalizar a la deriva voy. Muestrome como soy y claro, recibo fanfarrias y bofetadas. Ahora es tan doloroso sentir, vivir, es tan intenso como orgasmo, placer y dolor en dosis perfectas. Se podrá amar?

Configuración

Tengo miedo. Y al decirlo más brillante se hace la realidad. Un ser de las cosas resplandeciente es lo que me aterra, la claridad de los colores, la exhuberancia de los olores, lo húmedo de la cercanía de los cuerpos, el leve beso del viento veraniego. Es atroz. Si viviera en la penumbra, a media luz, donde mi ser reposaría a ratos en sombra podría moverme con desenvoltura en el mundo, respirar profundamente. Estrenar vida es terrible. Así como cuando nuestro cuerpo es pequeño, quizá en nuestra primera vida, nos vemos en la obligación hermosa de tomar una primera bocanada, de lanzar un primer grito, de escuchar el perpetuo ruido del mundo, de sentir todo nuestro cuerpo violentado por abrazos gigantes, besos, mimos y continuamente muecas indescifrables de nuevos seres nos apabullan, así, estrenar vida después del duelo es terrible. Salir a la luz del mundo y reconocer que sentimos mucho más que antes, mientras dormíamos en el útero de nuestro pasado universo. Ahora tengo miedo, de reencontrarme con el tiempo, con las miles de personas que me faltan por conocer, de caminar las calles que ya anduve, tengo miedo de vivir.