He redescubierto mis gustos musicales, o tal vez solo refinado, o afinado, o definido. Ahora mismo escucho Dont leave me now de Amparanoia. Me sedujo el nombre, bueno, en un principio lo seductor era quien me los recomendó, Edgar, y pues un músico verdadero ha de hacer buenas recomendaciones no? Si lo fueron. Al presentarme a Sergent García y a Macaco me presentó a la fiesta, una fiesta a veces con causa a veces sólo por ser felices. Por ellos llegué a Amparanoia y me encantó. Amparanoia es liderada por una mujer, eso es en principio raro y lindo. Me quedé de mis antiguos con Diego El Cigala sin el Bebo, aunque el Bebo Valdés sigue latiendo; recordé mi adolescencia con Estopa, Elefante y Café Quijano. Otra vez Ana Torroja sin Bosé y Bosé sin Paulina ni los demás. Alejandro Sanz, Rosana, Compay Segundo. Ya va mucho. Para qué tanta música si el corazón anda triste? Pues para llenarlo de fiesta. Así es, lo llenamos de notas y alcohol.
Y para el alcohol lo ideal es el rock. Pero del rock va más larga la noche, y para la borrachera es corta la vida.
Salú Ningún
Lector.
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