3.10.08

Sin ton ni son.

Haciendo una remembranza del octubre 2007 me siento feliz este año. Aunque haya días en que el agua me llega al cuello, hay un instante en que me recuerdo brincando colgada de las manos de mis padres camino a la panadería, en una noche otoñal, fresca y llena de luna, sin estrellas, toda azul y blanca en lo alto, y el asfalto amarillento de la luz artificial, y en aquel entonces nada me acechaba, sólo daba un brinco más y quizá deseaba cosas, como una caja nueva de lápices de colores o pensaba en el polvorón que comería en la cena, pero no en cuentas, ni en hombres ni en libros-apenas comenzaba a leer- ni en dinero. Hoy sé que todo va a peor, no se ven buenos horizontes para lo económico- en vista de la inminente quiebra de EU- ni para las relaciones, sin embargo tengo la confianza no en el fin de las cosas, sino en la gran transformación de nuestro mundo conocido. Todo se ve que ha llegado a las últimas consecuencias- medio ambiente, violencia, economía, política-y no tengo gran idea de como serán las cosas luego, sólo sé que seremos menos y que comenzaremos por convenir espiritualemente. Es duro vivir este día a día, pero no creo que más del diario vivir de nuestros antepasados, suficiente es con ver que ellos también tuvieron que morir. Mientras tanto no queda más que disfrutar la vida.

1 comentario:

r o m e l i a dijo...

Qué hermosa reflexión