1.12.09

¡Rueda! Fortuna

- ¿Acaso no todo tiempo futuro será mucho mejor? HDS
-Mientras la pasas bien, yo lucho. BBSCS (Yo soy quien la paso bien ñ_ñ)
- Cobardía: Falta de ánimo y valor.* (Nada tan grave, se escucha peor de lo que es, sólo hueva…ja)
- Tu drama no es necesario, ya conozco ese teatro. La Lupe.
- Todos son iguales. Mi mamá.
y me adelanto y te canto:
-Perdona que no te crea, lo tuyo es puro teatro. La Lupe.
y por último:
-Me arde, ¡me está quemando!, estoy disimulando. A. Calamaro.

 

Supongo que llevo varios aciertos en la vida, por algo aún sigo en pie. Llevo un récord de siete días de suposiciones con motivo de una ausencia. Aunque tal ausencia sólo ha sido presencia en mi vida un récord de ocho días. Entre más analizo una relación basada en distancia, ausencia, errores de comunicación y suposiciones me doy cuenta que he vivido en eso, una suposición. Supongo que me quiere, que confía en mi, que vendrá, que sonríe, que llora, que pasa horas pensando en mi, supongo que lo amo, supongo que lo esperaré, supongo que nos amaremos para siempre jamás. Pero la suposición no es más que un fingimiento, “dar existencia ideal a lo que realmente no la tiene” según el diccionario de la RAE. Así, me doy cuenta que una ilusión de cinco meses me entretuvo e hizo volar muchas almas, sin embargo, por algún motivo, del alguna manera inexplicada (aún) ha cesado. Casi siempre me decía que sucedería, que hasta ahora, en veintitrés años, siempre había visto en el mundo una crueldad e injusticia que no era posible que de una semana a otra todo cambiara. Pero si cambió, en un instante. Ahora no me creo que la vida sea sólo cruel e injusta, sino traviesa y alegre, y que incluso, sin merecerlo casi siempre, nos  otorga unas oportunidades inmejorables de ser felices para siempre.  Y sí, seguro, con alguien más.

Cada noche ruego por que mi hijo siga con vida en mi vientre, que no vaya a ser que en un descuido de mi sueño se me pierda entre la oscuridad, o que a la mañana siguiente recuerde que él mismo era un sueño. Le aconsejo para que siga creciendo ahí mientras yo me esmero las veinticuatro horas en darle lo mejor de mi cuerpo y del mundo, mientras fortalezco con mi mente la enorme capa que nos rodea y nos permite seguir con vida pese a las tristezas y dolores vanos. Sé que todas las mujeres tenemos una idea sobre la maternidad y es distinta en parte en cada una, para mi es un concepto vago, no sólo quiero amar a mi hijo por amarlo, por que sea un deber de madre, es un extraño, como todos esos novios y amistades que he tenido, lo conoceré desde cero y aunque yo seré una extraña para él, pues desconoce mi persona y mis quehaceres, mis ideas y sentires,no confiará jamás en nadie más que en mi, reconocerá siempre la música de mi corazón y yo para siempre a oscuras reconoceré su olor. La mejor persona con quien podría ser feliz, que ni siquiera tiene que hacer nada para provocarme, estará sólo ahí, haciendo las cosas que tendrá que hacer y ya le amaré. Es el extraño más esperado en mi vida, el más extraño y más conocido, por que es casi yo misma, y me da vértigo todo lo que siento por él, por ese nuevo ser que me hará llorar, rabiar, reír, vivir. Sólo deseo lograrlo, vamos a la mitad del camino de su formación y tengo un miedo atroz a hacer algo mal, o sencillamente a ser víctima del destino que así como me ha arrebatado a tantas personas me lo quite a él. Sin embargo, a los demás he sobrevivido, y felizmente, pero a mi bebé no puedo sobrevivir. Bueno, basta de temores.

Volvamos al tema principal de éste post. Tuve un amor y terminó. He pasado las dichas noches llorando y suponiendo, un ejercicio inútil e idiota. Ésta ausencia es injustificable, no hay muerte, no hay coma, no hay razón. Creo que sólo es cobardía o felicidad. Esa es mi conclusión, su felicidad era tan tremenda e inesperada que no logró abandonarla o cobardemente me abandonó a mi. Pero ya no me entristece, siempre siempre me he sentido como divina, y lo he dicho muchas veces sin tapujos, y lo he hecho por que no es en el sentido de que soy inmerecida ni todopoderosa, sino que siempre, desde mi niñez he tenido muy claro el alcance de mi alma, que no se quebranta casi con nada. A pesar de los dolores, de los rencores, de las vergüenzas, de los temores, de las desilusiones, a pesar de los pesares, siempre me he enderezado y caminado con la frente alta, abrazando al destino por más cargado de espinas que esté. Sé que igualmente muchísimas personas son conscientes de su valor, y sé que también han sufrido, y aunque me la vivo lamentando, esa purga me enorgullece y me empuja. Siempre he tenido un carácter de madre, siempre protegiendo a los cercanos, a desconocidos y acabados por conocer, siempre tengo ese impulso de querer y confiar en las personas y ya muchísimas veces he sentido el latigazo de la traición, y sin embargo, creo que mi fortaleza me ha traído a este peldaño dónde no puedo ser más dichosa, no sólo mi cuerpo sirve para algo, digo, algo realmente útil, para dar vida, sino que mi formación y esencia finalmente podrán ser usadas en un acto más satisfactorio, sea como sea el destino de mi hijo, sea como sea su personalidad, sea como sea su rostro, sea como sean sus ideas, sea como sea su juicio, tendré la indescriptiblemente feliz tarea de mostrarle el mundo y enseñarle a navegar por él y nada más que eso le da sentido a toda mi vida y experiencias, sé que todo ha sido así por que así debía ser y en el mejor momento miro atrás y dejé automáticamente de dudar, de envidiar, de odiar, de llorar. Siento miedo si, de que todo mi entusiasmo sea tajado, pero confío, confío, confío.

Dicha sea como mi última divagación de éste post que no esperaré más. Yo creía que si podía, esperar una explicación o algo, pero no, ya una vez la vida nos puso en una semana de silencio y nos aferramos- o me aferré- pero otra semana de silencio no es más que la voz de trueno de Dios que o acato o seré sólo una soñadora más. Y no, no quiero soñar, tengo mucho que vivir. Aunque “la vida es sueño”. 

*Definición de la RAE. Si consulto el diccionario.

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