8.9.07

Noche de viernes.

Ni sé si os gustaba Pavarotti. Sé que viajar en el asiento trasero es mi predilección. El aire entra recio golpeando furioso la punta del cigarro, desprendiendo siempre las chispas de mi mareo. El viento trae las canciones de otros autos, y yo sigo pensando en el amor. ¿Qué es eso del amor, Ningún Lector? Una de las Furias?, una vía sin fin?Un puente estrcho donde nos abrazamos y juramos la eternidad? Un orgasmo? Un "te amo" frente a la pared? Un canto desgarrado? Una paleta? Un café? Un mensaje? No sé que es. Lo intuía mientras caminaba bajo tantos árboles y me asomaba por las ventanas de las casas. Lo creí en tus besos que no me gustaban, en tus caricias que sí, y en tus mentiras. Lo vislmbré en el hijo y su andar. En los versos de José Carlos creí advertirlo, pero nunca lo he sentido. O tal vez fueron esas dieciséis paletas que aquel me dió. O en sus mil cartas tiernas. O en sus abrazos; tal vez el amor fue nadie más que Julio. ¿Cómo saberlo?

Hoy cumplió años Chapo Parker y canté "las mañanitas" por lo menos cinco veces. Le dí dos obsequios y una verdad como regalo de cupleaños. Yo quisiera que alguien me regalara verdades. Cuando veníamos a mi casa iban Lucy y Chapo en los asientos delanteros del carro y pensé que ahí estaban vibrando las ruinas de un amor y quise llorar. Las ruinas son feas, pero son. Existen, contienen los restos de una verdad, de una realidad y eso es más que una duda, o una desilusión.

Enhorabuena enamorados, les brindo un abrazo.

Sin amor,

Izela.

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