Vertiginosos vientos crecen entre mis cabellos. Diariamente camino sobre tres calles puras y semiazules. Mi andar siguen atentos los pequeños lagartos y los pastores alemanes desde las azoteas, no podría decir que se han convertido en amigos, pero es buena la relación. A las siete de la mañana no podría decir que ya camino despierta, sin embargo, aún por la tarde, el cuadro sigue siendo de ensoñación, las pequeñas flores cercan mis senderos y presagian mis pasos.
1 comentario:
Nuestras voces se encuentran
como nuestros cuerpos
hundiéndose en la claridad
donde nada podemos ver
pero que al sentir
estamos viendo,
oyendo todo
pegados a esa oscuridad
que hablamos para no decir nada.
Publicar un comentario