Para la ausencia
Hemos abierto los ojos.La palabra le da de comer al enigma.
El enigma le da de comer a nuestros ojos.
Nos hemos incorporado.
La frente a perdido su temblor nocturno,
Su palidez suscita sombras.
La frente, allí donde hubo ondas como en el agua
Cuando cae un guijarro.
(Pero no hay arrugas ahora
que indiquen la caída de un cuerpo.)
Estamos despiertos.
Pertenecemos a la voz que no volverá a nombrarnos
al epitafio que no hicimos,
al pecho que la noche de otoño dardeó con su brillo.
Hemos abierto nuestra altura,
Nuestra altura profunda como la muerte.
-José Carlos Becerra. (Tabasco, México, 1937-Brindisi, Italia, 1970)
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