El otoño era la unica deidad.
Renacia
Preparando la muerte,
sol poniente
que doraba las hojas secas.
Y como las generaciones de las hojas
son humanas.
Ahora nos vamos,
pero no importa
porque otras hojas
verdecerán en la misma rama.
Contra este triunfo
de la vida perpetua
no vale nada
nuestra mísera muerte.
Aquí estuvimos,
reemplazando a los muertos,
y seguiremos
en la carne y en la sangre
de los que lleguen.
José Emilio Pacheco.
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