27.6.05

Un pueblecito.

Yo he llegado a media mañana a este pueblecito sosegado y claro; el sol iluminaba la ancha plaza; unas sombras azules, frescas, caían en un ángulo de los aleros de las casas y bañaban las puertas; la iglesia, con sus dos achatadas torres de piedra, torres viejas, torres doradas, se levantaba en el fondo, destacando sobre el cielo limpio, luminoso. Y en el medio, la fuente deha caer sus cuatro chorros, con un son rumoroso, en la taza labrada. Yo me he detenido un instante, gozando de las sombras azules de las ventanas cerradas, del silencio profundo, del ruido manso del agua, de las torres, del revolar de las golondrinas, de las campanadas rítmicas y largas del vetusto reloj. -Azorín.

3 comentarios:

Agustín García Delgado dijo...

Estos viejos prosistas nunca dejan de ser maestros, modelos casi insuperables, competidores a vencer en la liza de las letras.

Unknown dijo...

Hasta que encontré ésta lectura. No recuerdo el año en el que tuve el libro de lecturas en mis manos, solo se que fue en los 90's.

Unknown dijo...

Ésta lectura invita a la imaginación. Era pequeña cuando la leí allá por los 90's.