20.6.05

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Blues

No era necesaria una nueva acometida de la soledad

para que lo supiera.

Navegaba la mar por un rumbo desconocido para mis manos.

donde el amor moró y tuvo reino

queda ya sólo un muro que avasalla la hierba.

Queda una hoja de papel no en blanco

donde está anocheciendo.

donde goteaba luceros una noche

sobre unos hombros limpios como verdad mostrada,

sólo queda una brisa sin destino.

Donde una mujer fundara un beso,

sólo árboles postrados al invierno.

Y no era necesario decirlo.

El corazón sin que sea una lágrima

puede sombrear las mejillas.

La ventana da a la tristeza.

Apoyo los codos en el pasado y, sin mirar, tu ausencia

me penetra en el pecho para lamer mi corazón.

El aire es una mano que está hojeando mi frente.

mi frente donde la luna es una inscripción,

una voz esculpiendo su olvido.

Como humo la luna se levanta

de entre las ruinas del atardecer.

es muy temprano en ese azul sin rostro.

No era necesario enturbiar la soledad

con el polvo de un beso disuelto.

No era necesario

memorizar la noche en una lágrima.

Labios sobrecogidos de olvido,

pulsaciones de un oleaje de mar ya retirándose,

ruido de nubes que el otoño piensa.

Hay lápices en forma de tiempo, vasos de agua

donde el anochecer flora en silencio.

Hay la rama de un árbol como un brazo esculpido

por algún abandono.

Hay miradas y cartas donde la noche

puso en marcha al vació,

A las frentes que extinguen su remoto color

sobre las letras que enlazan señales de viaje.

Aquí esta la tarde.

Puede enrolarse en ella quien esté enamorado.

Aquí esta la tarde para designar una ausencia.

Suena en mi pecho el mundo

Como un árbol ganado por el viento.

No era necesaria la tarde, tampoco este cigarro cuyo humo

puede ser otra mano evaporándose.

Invernara la noche en mi pecho.

No era necesario saberlo.

No tiene importancia.

Espero una carta todavía no escrita

donde el olvido me nombre su heredero.

4 comentarios:

r o m e l i a dijo...

Leí "la mañana debe seguir gris" novela de Silvia Molina, la novia de José Carlos, su historia de amor. Triste, intensa, sensibilizadora. Empieza con una ennumeración de acontecimientos de la vida de Silvia, luego viene su historia, su amor; termina cuando se entera que él ha muerto, justo el día en que huiria de su casa en Londres para unirse con él en Italia... "Maldita vida", dije al terminar de leer. Y lloré. Tienes que leerla , amiga, pues sé quánto te gusta la poesía de JCB.

Isela Alejandra dijo...

Joder! Un amor más que ha de perpetuarse en otro plano, por qué la vida es así?

Yo lloré nada más con leer las cartas de Lezama Lima, y los allegados a JC des´pués de su muerte... Gracias, la buscaré.

Anónimo dijo...

Ize:
A cambio de este hermoso poema que has puesto aquí para compartir su escozor de sal marina en las llagas de nosotros, los solitarios; a cambio de las gotas de dolor en que te derrites para ser nuestra quemadura, te mando un beso cálido y lloroso, pleno del contacto eléctrico con que se carga la distancia, húmedo de la enorme nostalgia que nos destroza cuando deseamos vernos y abrazarnos. Te mando un beso que no es cualquiera beso, sino un beso contenido por muros de distancia, un beso prisionero, encadenado, y por ello feroz, omnipotente.

Isela Alejandra dijo...

Un beso omnipotente... el mejor beso de mi vida. El que podré llevar a donde sea, es inmune a la distancia. Yo también soy solitaria Agus, sola en este valle de almas.